"Aquí no hay vida, nos gustaría cerrar los ojos para siempre": una carta desde la cárcel de Brescia

Testimonio desde la prisión
La dramática carta enviada al ministro Nordio por Walter Monaco, preso en el cantón de Mombello. «El hacinamiento y los suicidios están vinculados».

Exasperado, tomó pluma y papel y escribió una carta incendiaria al ministro Nordio, publicada por el Giornale di Brescia . Esto es lo que Walter Monaco, recluso de la prisión del cantón Mombello de Brescia, una de las más superpobladas de Italia, escribió al ministro de Justicia.
Estimado Ministro Nordio, soy Walter Monaco, uno de los muchos presos bajo medidas alternativas. Hoy estoy "casi libre", pero como cada año, veo en mis ojos los colores de los árboles bajo la prisión Nerio Fischione de Brescia. Estimado Ministro Nordio, si es cierto que el hacinamiento no tiene nada que ver con los constantes suicidios en las cárceles, me gustaría ilustrarle esta perspectiva. Me encontré en medio de un ruido absoluto, entre gritos de desesperación, entre otros reclusos que se autolesionaban frente a la enfermería del Cantón Mombello, buscando psicofármacos para olvidarse de todo. La prisión de Brescia es un entorno extraño, una isla en el centro de la ciudad. Afuera, se oye el ruido de los coches y el tráfico urbano, y dentro, uno se siente solo, como nos sentimos los reclusos de Brescia cada año en esta época. Nos encontramos entre tanta gente, pero dentro, estamos solos, estamos vacíos.
Sabe, Ministro Nordio, esta, como la Navidad, es la peor época del año. Todo está paralizado, no vemos a los profesores, no vemos perspectivas de futuro, el personal está de vacaciones , el calor abrasador en las celdas se convierte en una trampa : demasiado calor para moverse y tomar aire fresco, demasiado calor para dormir, demasiado cansancio para mantenerse despierto. En esta época del año, querido Ministro Nordio, muchos anhelamos escapar de esta trampa, y quizás la única manera sea cerrar los ojos por última vez. Agradezco a Brescia y a sus habitantes por ayudarnos a salir adelante, aunque sea difícil. Estimado Ministro Nordio, el calor, el polvo en el cantón de Mombello, los gritos de los presos drogadictos que solo quieren cerrar los ojos… ya no podemos soportarlo. Un país democrático concede el indulto, aunque solo sea como un acto de clemencia.
Hoy, el Cantón Mombello se está convirtiendo de nuevo en uno de los centros penitenciarios más concurridos de Italia. Cada año oímos rumores, cada año oímos promesas, cada año nos engañamos pensando que las cosas pronto cambiarán. En realidad, la única solución posible es cerrar los ojos para dormir y quizás no volver a abrirlos nunca más. Querido Ministro Nordio, que tenga un buen fin de verano, con cariño, uno de muchos.
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